Foi o próprio Eduardo quem releu as notas dela em voz alta. E depois, como estava na hora de o Chico ir para o treino de volei e as gémeas para a aula de natação, combinaram pensar durante a noite pois assim talvez no dia seguinte surgisse uma boa ideia para começarem as investigações. Separaram-se na maior euforia. E nessa noite, de facto, não pensaram noutra coisa! O Pedro deu voltas e reviravoltas à cabeça, e ocorria-lhe sempre o mesmo: ir para uma biblioteca e ler tudo o que houvesse sobre os Jerónimos e a Torre de Belém. De certeza que algum escritor havia de contar aquela história e talvez lhe acrescentasse alguns pormenores, o que facilitaria a tarefa. Quanto ao Chico, o que queria era entrar em acção. Por ele, até faltava à escola se fosse preciso para ir vasculhar todos os recantos da Torre de Belém. Alguma coisa lhe dizia que o tesouro estava lá escondido.

Fue el mismo Eduardo quien releyó sus notas en voz alta. Y luego, como llegó el momento de que Chico fuera a la práctica de voleibol y los gemelos a la clase de natación, acordaron pensar durante la noche, así que quizás al día siguiente sería buena idea comenzar las investigaciones. Se separaron con la mayor euforia. ¡Y esa noche, de hecho, no pensaron en otra cosa! Pedro se volvía y volvía la cabeza, y siempre le pasaba: ir a una biblioteca y leer todo lo que había sobre Jerónimos y la Torre de Belém. Estoy seguro de que algún escritor contaría esa historia y tal vez le agregaría algunos detalles, que facilitaría la tarea. En cuanto a Chico, lo que quería era actuar. Por su culpa, incluso faltaba a la escuela si tenía que ir a registrar todos los rincones de la Torre de Belén, algo le decía que el tesoro estaba escondido allí.